La censura en las redes sociales
Desde que las redes sociales comenzaron a ponerse de moda y a utilizarse de forma generalizada, ha habido un largo recorrido en el tiempo, en la sociedad y en los hábitos. Hemos visto como flujos de población mutaban de una plataforma a otra, según sus intereses o movidos por modas.
Mientras los diferentes usuarios generábamos contenidos para esas plataformas, estas han ido implantando cambios a su antojo, penalizando contenidos, haciendo más difícil conseguir visualizaciones, primando contenidos de pago, etc.
En el último año y medio la mayoría de plataformas más populares han comenzado a censurar fuertemente a los usuarios, aplicando fuertes penalizaciones que van desde cerrar cuentas de forma temporal hasta cierres definitivos, lo que está provocando una huida en masa hacia otras plataformas y también para plataformas propias independientes, algo que encuentro sensacional y ojalá prospere.
No voy a tratar aquí los temas más censurables, sí bien el propósito de toda esta censura es instaurar una versión única de la realidad que vivimos y trasladar esa versión oficialista de los grandes medios a las redes sociales. Porque, en realidad, la censura es desdeñable siempre, no debemos permitir que nos quiten la libertad de expresión. Y, sobretodo, porque estas mismas plataformas, no aplican los mismos controles cuando se trata de actividades deleznables como la pederastia, y es ahí cuando se les ve el plumero.
Bien es sabido que la televisión está de capa caída, los contenidos cada vez se consumen a través de móvil y canales de pago, mientras, gran parte de los medios son controlados por los grandes capitales. Es por ello que existe una preocupación por controlar los contenidos que nos llegan también vía redes sociales y ya no debe ser suficiente con el trabajo que realizan Maldita y Newtral en España y entes similares en otros países.
A causa de ello, las redes sociales están perdiendo uno de sus grandes atractivos, que es la comunicación. Y es que, en un primer momento, la censura atacó a grandes cuentas, algunas de ellas incluso estaban monetizadas o contaban con buen número de seguidores. Ello provocó que muchos youtubers tuvieran que abandonar y buscarse otros modos de vida. Pero es que, a día de hoy, la censura en las redes sociales afecta al usuario más modesto, se meten en tu perfil y te cierran. Es esto lo que está provocando la estampida hacia otras plataformas y sobre todo el desinterés, porque, para qué vas a invertir tu tiempo y creatividad, para que en cualquier momento y sin previo aviso la plataforma te cierre de forma temporal o incluso permanente. Y, para qué estar presente en una red social, si en contenido al que vas a poder acceder va a estar totalmente controlado y limitado, sin opción de llegar a otros usuarios que compartan tu visión, tus intereses, tus preocupaciones.
Es por ello, que en su momento cerré mis cuentas en Twitter, para después dejar de usar Youtube, también cerré perfil y página en Facebook e Instagram (aunque aquí todavía mantengo las cuentas de las empresas que represento), y finalmente he dicho adiós a Linkedin.
Esta última es la que más me ha decepcionado, Linkedin, porque está realizando un ataque brutal entre los profesionales, que comparten noticias, conocimientos y su visión de la actualidad. Además, cuando te cierra, lo hace sin preaviso y ya no te permite recuperar tus contenidos, ni el contacto con los otros profesionales.
Realmente me parece una vergüenza que profesionales de todo el mundo estemos en esta situación e invito a los usuarios a ser nosotros los que cerremos las plataformas, escapando de ellas, porque sin clientes no hay negocio y las redes sociales deben ser un punto de encuentro y de comunicación abierta, no podemos permitir que nos cierren la boca o nos muevan la boca como simples marionetas.
Al mismo tiempo, no merece la pena invertir nuestro tiempo y conocimientos, y mucho menos crear contenidos, para una plataforma, como Linkedin, que no respeta al usuario y que no permite que haya debate.
Así que, a día de hoy, digo adiós a la censura de las redes sociales.